Las catedrales góticas.
Uno de los libros que estoy leyendo, mi manía de leer dos o mas libros a
la vez, trata sobre las Catedrales. Realmente no solo es curioso e interesante,
sino que, a quien le atraiga el tema, además apasiona. Y tenía un enorme deseo de escribir sobre ello, y que mejor que
hacerlo en este rincón tan personal.
Quien no se ha asomado alguna vez al interior de una
Catedral y mas aun, quien no se ha quedado maravillado viéndola desde el exterior, asombrándose de su grandiosidad, de
su especialísima arquitectura y de sus hermosas vidrieras.
La catedral gótica se ha definido a veces como la Biblia de piedra, ya
que tanto en las vidrieras como en las portadas se recogen, se plasman diversos
episodios tanto del antiguo como del nuevo testamento.
En varias ocasiones he visitado la Catedral gótica de Sevilla y puedo
asegurar que la primera vez me sentí impresionado por su grandiosidad, su inmensidad, sus
luces, y por la pequeñez de uno ante una obra así. Y en la visita guiada que hice
con unos amigos. Y también la he disfrutado en los momentos de Semana Santa; la
Catedral se convierte en la gran estación de tránsito por donde pasan todas las Cofradías desde la Puerta de San
Miguel a la de los Palos, en silencio, solo con el sonido del arrastre de los pies de los costaleros y
el andar silencioso de los penitentes encapuchados en filas interminables, y la
sola luz de los cirios con las imágenes teniendo como telón de fondo las piedras y las
vidrieras de la Catedral.
Dicen que la Catedral de Sevilla, la “magna hispalensis”, se hizo muy deprisa, en tan
solo 70 años, a
pesar de ser inverosímilmente grande y que, probablemente, se levanto siguiendo
un modelo, ya que, de otra manera de no haber sido así, el tiempo hubiera sido muchísimo mayor. Tiene una
superficie de 13.500 metros cuadrados, sin contar con los anejos. Su altura
media es superior a los 50 metros.
También se dice que esta Catedral es una incógnita: no se sabe quienes
fueron los maestros que la trazaron, los que la construyeron.
La arquitectura gótica es el estilo que mejor ha plasmado la idea filosófica de que el arte representa
la razón
divina. Por ello se ha considerado que la catedral gótica fue el edificio mas idóneo para encarnar en un
espacio construido el espíritu de la religión cristiana tal como se entendía en los siglos del Medievo.
En la Iglesia, organizada territorialmente en diócesis, según el sistema administrativo
imperial romano, la catedral representa el templo principal de cada una de las
provincias eclesiásticas y donde tiene su asiento el prelado. Al lado del
obispo se ubica el cabildo formado por el conjunto de canónigos encabezados por el deán. La catedral es la sede o Cátedra del obispo, aunque en
otros idiomas, como el alemán (dom) o el italiano (duomo) el nombre de este templo
especial se refiere a la casa del Señor; del Señor Obispo.
Es curioso como nace la idea de la Catedral gótica.La Catedral gótica nace de la ambición del Abad benedictino Suger,
que ansiaba poder atrapar la luz en un templo. Pensaba que la luz emanaba de
Dios y dedujo que las casas de Dios deberían ser moradas de la luz, puesto que en la luz estaba Dios.
Para el Abad Suger era necesario eliminar los enormes muros requeridos para
poder soportar el peso de las bóvedas de piedra, y poner en su lugar grandes ventanales,
para, a través de ellos, capturar la luz y dejar que inundara los nuevos
templos cristianos. Pero las técnicas tradicionales de la arquitectura románica de la época no permitían llevar a cabo la idea del
Abad Suger; era imprescindible modificar
el sistema constructivo de los grandes templos Románicos.
El gótico, el estilo gótico, nació en Francia. El gótico había sido inventado en la cabecera de la abadía benedictina de Saint-Denis,
a instancias del Abad Suger, como se ha dicho anteriormente, y fue aplicado con bastante éxito en las catedrales de
Sens, Senlis, Noyon y Laon.
Los primeros pasos del gótico, que nunca fue denominado
así en
el Medievo, se dieron entre entre 1137 y 1162. No existen documentos que
indique quienes fueron, donde surgieron y como se formaban sus constructores;
parece lógico
pensar que fueron los maestros románicos que supieron copiar y desarrollar las técnicas aplicadas en
Saint-Denis. De todas formas sin la aplicación del arco ojival, la bóveda de cruceria y los contrafuertes el gótico no hubiera sido posible.
El triunfo de la arquitectura gótica se difundió por toda la cristiandad con
una enorme rapidez, convirtiéndose las catedrales en el símbolo de lo nuevos tiempos, en
orgullo de las nuevas ciudades, extendiéndose hacia el centro y el norte de Europa, de la mano de
arquitectos francesas.
Las ideas neoplatónicas que relacionaban la divinidad con la luminosidad habían triunfado y algunos eclesiásticos, trataron no solo de
entender sino de explicar la relación entre Dios y la luz.
La arquitectura gótica coexistió con la románica durante los años comprendidos entre 1140 y 1220, pero desde mediados del
siglo XII el gótico fue ganando terreno por toda Europa y, a comienzos del
siglo XIII, se había impuesto de forma definitiva. Durante el resto de la Edad
Media se convirtió en el único estilo utilizado en las grandes construcciones
religiosas, especialmente en las catedrales. Durante la Baja Edad Media se
erigió en
el estilo exclusivo de la arquitectura de la cristiandad europea. A comienzos
del siglo XIII ya no se concibió en estilo románico ni una sola de las catedrales francesas
Las plantas de las catedrales góticas francesas se desarrollan
a partir de o bien una planta basílica o de salón alargado, sin crucero que sobresalga al exterior en
anchura, o la planta de cruz latina, con el crucero destacado en anchura. Las
cabeceras son generalmente semicirculares. Los cruceros, destacados o no en
planta y altura, tienen de una a tres naves, y en este segundo caso la nave
central es siempre mayor y mas ancha que las laterales. Y como ocurre con todos
los templos cristianos, las catedrales góticas se empezaban a construír por la cabecera.
En España, una vez expandidos el Cister por la península ibérica, trajo consigo la
introducción de la arquitectura monacal característica de la orden. Los
cistercienses utilizaron muy pronto el arco ojival y la bóveda de crucería para construir sus
monasterios, algunos en iglesias tan grandes como catedrales. Sin embargo no
utilizaron las vidrieras de colores, ya que Bernardo de Claraval había dispuesto que la luz que
iluminara los templos cistercienses tenia que ser pura y blanca. Por lo tanto
las técnicas constructivas del gótico ya se conocían en España entre 1150 y 1170; sin
embargo no se aplicaron en la fabrica de las catedrales. El prestigio alcanzado
por el románico, introducido desde Francia por el Camino de Santiago,
hizo que se siguiera trabajando en estilo románico a finales del siglo XII,
incluso a principios del XIII. El maestro Mateo remataba su Pórtico de la Gloria en 1188.
Sin embargo hacia ya mas de medio siglo que
tanto en Francia como en Inglaterra triunfaba el gótico, mientras que en los
reinos cristianos de Hispania seguía construyéndoles en románico, salvo en los monasterios
cistercienses.
Las Catedrales fueron y, no se si seguirán siendo, motivo de Mitos y Leyendas, alquimia, masonería, relaciones astrológicas, especulaciones esotéricas y los llamas “Laberintos”.
Hoy no parece concebible que las Catedrales góticas, llamadas así despectivamente, relacionándola con los Godos. Hacia el año 1500, se inicia la agonía de la Catedral gotica, con
los trabajos y la fama de Leonardo da Vinci, Miguel Angel y Rafael, que llevo a
que los maestros de las catedrales, a sus diseños, a sus trabajos a un lento
olvido ayudando a ello también, la calificación que intelectuales del Renacimiento dieron al gótico. En el s.XVI las
catedrales góticas fueron despreciadas, en el s.XVII ignoradas y en el
s.XVIII muchas de ellas sufrieron agresiones irreparables. Quizas l peor
momento para las catedrales goticas fuera, precisamente, en el Siglos de las
Luces y de la Razón. Que ironia.
Su reivindicación vendría una vez apaciguados los fuegos de la Revolución Francesa y hasta hoy.
NOTA: Tema, notas y datos tomados del libro “El enigma de las Catedrales” de Jose Luis Corral y algunas
otras del Arquitecto “Chueca Goitia”.