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jueves, 12 de junio de 2008

AÑORANZAS Y RECUERDOS


Tengo en este momento los ojos con lagrimas: estoy escuchando tangos de Carlos Gardel, pero no es él el que me las produce, el que me trae la sensación de añoranza, es el recuerdo de mi madre cuando los cantaba. "Te echo de menos", acabo de decirme... te echo de menos.
Quizas fue mi madre mi mejor y mas completa amiga; quizás con ella abri mis ojos y mis sentidos a todo. Con ella hable de política, de religión, ..."de religiones" como le gustaba decir. Con ella hable ¡¡entonces, decada de los cincuenta¡¡ de sexo, de la sexualidad, de la homosexualidad y lesbianismo. Con ella descubrí el arte y la historia y aprendi a amarlas como a los libros, como a la lectura, como a la música... tenia muy buena voz y mejor oído y lo mismo me cantaba una zarzuela que un fandango de Huelva, que una copla de Concha Piquer, un tango que un fado, haciendo honor a la tierra donde nació, ¡que una saeta¡ en Semana Santa. Me despertó la curiosidad por todo y el asombro por lo que me rodeaba. La echo de menos, pero esta claro que sigue en mi o yo en ella, no lo se, y está en cada sentimiento, en cada curiosidad, en cada asombro, cuando pinto o cuando dibujo, que herede tambien de sus genes: dibujaba como pocos.
Con ella descubri la fuerza de la meditación, el misterio de las ordenes secretas, con ella hable del "mesmerismo", antecedente de la Parapsicologia. La echo de menos y no deberia ser porque sigue estando permanente en mi y cumplió, al menos conmigo, con aquello que deberiamos hacer todos los que nos metemos al oficio de padres: transmitir a nuestros hijos los valores de la virtud del conocimiento, el amor por la historia y el arte, despertarle a la curiosidad permanente y la capacidad del asombro sin límites. Y entonces quizas, seguiremos viviendo en ellos.