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jueves, 29 de diciembre de 2022







Cuando no hay que decir...




Bueno, en verdad es que no se me ocurre nada y ya me ha ocurrido en otras ocasiones; “en dique seco” me digo cuando me encuentro así y no solo de escribir algo, es que me pongo ante el tablero y ocurre igual, como si tuvieras la mente en blanco. Y lo curioso es que no solo me ocurre a mi, a mi amigo Guille le ocurre algo parecido, y a algún otro, pero este ultimo me dice que está “tumbado”, yo le contesto que tumbao viene de tumba. No le hace mucha gracia. ¿Que estás haciendo?, le pregunto, “Nada. Nada de nada, ni ganas”. No se, a lo mejor es que dejamos la mente en “barbecho”, recuperando fuerzas, ideas u ocurrencias. Y más o menos, me ocurre por Navidad y comienzo de año. A mi no es que me gusten mucho estas fiestas. la alegría que veo en momentos me parecen forzadas, y esos deseos de paz y felicidad...pues me los podrían dar en otros momentos…que, a lo mejor vienen mejor, y no suelen darse. Sin embargo en el pasado año me llegaron  en Mensajes, si en mensajes digitales, ya sabes, hoy casi todo es digital. ! quien lo diría verdad?¡ ;   han venido a sustituir a la tarjeta navideña, tan entrañable. ...uno de ellas, bueno uno de esos mensajes, de una amiga, me deseaba que, además que se me resolviesen algunos de los problemas en los que  anda metido uno, la Navidad Supongo,  me traiga la alegría y la despreocupación. Claro que lo de la alegría lo entendí  pero la despreocupación...no tanto. Y me he acordado de ella, de mi amiga, una mañana cuando, haya ya un tiempo, fui a coger naranjas. Son terrenos de unos amigos, que cuando paso unos días sin decir nada ya me están recordando ¡que se están cayendo las naranjas¡!. También tienen limoneros, pomelos y un árbol de nísperos cargado de flores. Y me he acordado de ella porque con frecuencia me habla de su patio, de sus árboles y de sus frutos; !que envidia me das!  le digo y muy sinceramente. 


En un día de sol es una gozada ir a coger naranjas. Me llama la atención el silencio, ahora que estamos tan rodeados de ruido, y me encanta, cuando ya se ha completado la carga, coger una del árbol y sentarme al sol de invierno a comérmela tranquila y serenamente. En algún momento pensé aceptar la invitación de estos amigos de ir a pintar allí; sobretodo mi amiga me insistía en ello  y me lo recordaba con frecuencia, y también me insistió en que pintase en cerámica; allí tienen la fabrica de ceramica que después venden con mucho éxito. Lo interesante de pintar en este medio es que lo que sale del horno, no tiene nada que ver con el color que pintaste. En verdad era un sitio apto para poder hacer cualquier actividad artística de este tipo, digo era porque ya no es posible. Mi amiga cedió todo aquello a uno de sus nietos y aquello ya no fue lo mismo. Los árboles frutales se abandonaron. Los días que fui, me dejaba las llaves de todo aquello, con sol de invierno, con el silencio del aislamiento y la compañía de todos aquellos árboles, de los que podías coger su fruto en cualquier momento, me hicieron disponer de unos ratos inolvidables. Aun así no fui nunca a pintar. Si fotografié y si disfruté de todo su entorno. Ya no volverá.


Bueno, y decía al principio, que era uno de esos días en que no se me ocurría nada, y no se porque, fíjate, porque en verdad tengo muchos motivos para escribir cosas y sucedidos en este rinconcillo íntimo que me he fabricado. A lo mejor es desgana, la humedad, el estar algunos días sin sol… Se lo decía a un amigo, también jubílata como yo... “”es que cuando estas activo, haga el tiempo que haga tienes que salir””, y es que no estamos acostumbrados. 


A mi los nublados me afectan, lo reconozco. Al principio me preocupaba, hay mala fama con esto de los nublados, pero cuando un amigo, querido amigo que se fue, médico, me confesó que a él también le ocurría pues que quieres que te diga, descanse. La verdad es que el sol trae alegría a la vida. Hablando de la vida, escuchaba en la radio, mientras iba a coger las naranjas, unas reflexiones sobre las contradicciones del socialismo actual que a mí, entonces, me parecieron aceptables. Más o menos decían que como es posible que esa ideología que se había destacado por la defensa de las libertades y la defensa de la vida, defendiera el aborto y la eutanasia. Me dio que pensar, no mucho la verdad, no doy para más, dos cosas solo; una que ambos casos no pueden defenderse al mismo tiempo, uno por extrema posibilidad de defenderse así mismo y otro por precisamente lo contrario por mayor edad, por carencias para poder defenderse asimismo. Bueno y...porque ninguno de los dos dan votos.¡!! Más tarde leí en el periódico, que casualidad, como hace tiempo una diputada socialista había dejado la política y a su partido, porque no entendía que la defensa de la vida se la hubieran dejado a la derecha. Alabo su honestidad, no su radicalidad partidista. Por cierto, hablando de valores, leí en un periódico que guardo, que conservo, como un articulista internacional, se hacía una serie de preguntas que transcribo:


.- Persistirán los valores europeos, si damos espalda al cristianismo, base de su origen y fundamento? 


.- Puede la sola razón crear una sociedad más justa y libre sin aquellos valores?


.- Es posible desarrollar una nueva cultura sobre los frágiles cimientos del relativismo?


.- Es viable una sociedad que da la espalda a la institución familiar?


Tiene enjundia.


  En una entrevista le oí decir a un musulman: “El problema no es que el islam avance, sino que el cristianismo retrocede.” En aquel entonces me parecía que decía algo de verdad. Y es que según el Anuario del Vaticano, el porcentaje de creyentes católicos en Europa  estaba en el año 2019, en el 21,8%. Y ya puestos en los medios, he oído esta mañana lo que ha dicho una dirigente socialista sobre la reunión que, sobre la familia se ha celebrado en Madrid: “Son misóginos.” Que habrá querido decir. No la entiendo. Quizás como estoy acostumbrado a razonamientos más largos, pues a este tan escueto y económico no llego. Pero me hubiera gustado saberlo. Por simple curiosidad.


  De vez en cuando me gusta ojear libros que ya he manoseado en su tiempo, su tacto, su olor, su textura me satisface; tengo un amigo que le ocurre igual. Uno de ellos sobre fotografía; fotografías de la sociedad; Campos, pueblos, costumbres, puertas, atardeceres...patios. Y me acorde de nuevo de mi amiga cuando volví a leer lo que sobre ellos, los patios, escribió alguien en su día.


.- “” El patio es siempre muy particular; con él la casa mira hacia adentro. Tiene en medio su pequeña plaza privada, propiedad particular (muy particular). Ya apenas hay plazas. En las que se llaman así solo se cruzan los coches sin apenas saludarse. No se cuando, en la EdadMedia, al ágora de los griegos y al foro de los romanos alguien le puso un tejado enorme, - dicen que un Arzobispo,- y lo llamo Catedral. Ahora es “ecclesia”, lo cual quiere decir que se debe estar en silencio. El Cabildo, más tarde, arrojó de buenas maneras, a los mercaderes del templo y les construyó una logia, la lonja. Desde entonces, cuentan, hacer la plaza, no era filosofar con los amigos, sino comprar al mercader del mercado. Y la Filosofía, barata o cara, ya no se convocó en la plaza pública, abierta y mundanal sino en un recinto cerrado y sano llamado Claustro Silencio en la Catedral. El ágora destartalada, por demasiado abierta, produce agorafobia, el Claustro por cerrado, claustrofobia, por demasiado cerrado. En el patio, hermafrodita, hecho justo a la medida de los hombres, se mitifica a Dios y al Cesar, por costumbre milenaria.””


Y a veces es un gran alivio cuando en esos momentos de sequía, no ya de cualquier actividad artística sino el hecho mismo de dialogar abiertamente sin telarañas mentales ni nublados en las neuronas, te encuentras inesperadamente con un interlocutor válido que hace que surjan todos los temas y las ideas que parecían dormidos. Me ocurrió en mi revisión de la vista. La tertulia “de dos” duro más que la propia revisión ocular. Hablamos de todo y con gran serenidad. Es de agradecer que puedas hablar sin frenos ni reserva alguna de lo divino y de lo humano con un interlocutor muy válido. No siempre se tiene la oportunidad de hablar de temas distintos a los habituales, ni de que con el que hablas ponga cierta cara cuando tú lo intentas. Y la vista, al parecer, y a pesar de la edad, se mantiene muy bien. Aprendí que la vista “no se cansa” por mucho dibujo que haga o por mucho ordenador que utilice. Salí muy estimulado de mi revisión, y…a pesar de los comienzos de este escrito, pues me ha cundido. No hay mas que ponerse, me decían cuando chico.