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sábado, 1 de mayo de 2010

LA CONFIANZA CON MESURA




Me fuí a cortar el pelo; no a pelarme, que suena fatal. Se lo dije al de la peluqueria, a la que voy casi desde siempre: pelar, antes, se decia cuando "pelaban" a los burros. Con las tijeras, acorde con el burro, le señalaban la zona de carga. Aunque hablo de otros tiempos mios, supongo que seguiran pelando a los pocos burros que van quedando... en el campo. De los otros, que cada vez que lo observo hay mas, mejor no hablar hoy. Bueno, sigo. Me fui a cortar el pelo porque estaba... lo tenia... la verdad es que era consecuencia del ultimo corte que me hicieron en la misma peluqueria; soy muy fiel a las peluquerias, de siempre. Bueno yo suelo ser fiel a casi todo: al coche, a una camisa que se me echa encima cuando la cojo, al portatil, a mi butaca orejera, que se echa a temblar nada mas me siente llegar... soy un hombre muy fiel. Sigo ¡Vaya como me dejó! mas o menos como el del chiste ¿lo conoceis? os lo cuento.
"Uno, como yo, que va a su peluqueria, y le dice el peluquero ¿que? ¿como lo cortamos? Pues mira, por delante me vas a dejar una zona asi como ladeado, el resto para arriba, cortito. Atras me dejas unos escalones monos que lleguen hasta la coronilla. La parte derecha me la dejas casi al cero y la otra no, normal y... El peluquero asombrado le dice: ¡Hombre como te voy a cortar el pelo asi¡ y le contesta el otro: Hijoputa asi me dejaste la última vez que vine."
En fin y es que la confianza hace estragos. Ya sabeis, llegas y que? ¿que hay?, cuanto tiempo ¿no? ¿Y los niños? Los suyos claro, porque ya los mios de niño tienen poco, ¿como sigue Diego? Es que las motos son muy traicioneras. Lo que digo, ya la confianza... Me tocó Rafael, porque Raul, que fue el de la vez anterior no estaba de turno. Y lo de siempre ¿que? ¿como te corto?, claro a este no podia decirle lo del chiste, pues descargar, bueno mejor entresacar de los laterales porque hay que ver como crece el pelo por esa zona, que parezco a la muñeca Mariquita pérez (hay que ser hipocrita por mi parte, en lugar de decirle lo que habia que decirle), arreglar por ahi detras que parece que el pelo ha crecido mal ¿no? y un poquito mas corto que llegan las calores. Vale, vale, me dijo. Y ahi empezó todo. Hablaba... ¡como hablaba¡ que si la moto de Diego, que si a esta hora viene menos gente, que si el coche Saab es un coche buenísimo, que yo lo se porque me gustan mucho los coches... bueno. Yo, de vez en cuando, le decia: Oye ¿no estas cortando mucho? No, me decia mostrandome una tijera muy rara, estoy entresacando. Ya. Y seguia hablando como un poseso. ¿Seguro que no estas...? No ahora estoy igualando con la navaja. Ya. Que si el coche Saab era un coche muy avanzado... ¡un entendido¡. Bueno, ya está. ¿Te repaso las cejas? No, no, es cosa personal. ¿La barba, que le hace falta igualarla un poco?. La barba no me la toca... ni mi mujer. En esto que llega Raul, RAUL, el del corte anterior, ¿que, Raul, que te parece como le he dejado? Es lo suyo. Muy bien, yo lo veo muy bien. (Madre mia, me dije, cuando este tio dice lo que dice...) Yo me miraba al espejo y, en fin, no me veia tan mal, ya sabes, es que como te miras en tu casa..
Pague a la señorita que se encargaba de eso, con una sonrisa y unos ojos que casi me quitaron mis dudas, bueno para que mentir, se me olvidaron todas mis preocupaciones de cabeza. Es que tenia unos ojos... madre mia, para mi que está para eso, para que salgas de alli como un artista.
Y claro, con esos ojos... pues sali mas contento que unas pascuas y cuando llegue a mi casa, y me m ire EN MI ESPEJO... ¡¡el hijo de la grandísima¡¡... se le habia ido la mano, el peine, la navaja... ¡como me habia dejado¡ casi como cuando en la antigua mili te cortaban el pelo, ¡¡A MIS AÑOS¡¡ Bueno como será que habia quedado con un amigo a desayunar y, no fuí. ¡¡pero sino me reconocia ni yo¡¡. ¿En casa? Bueno pues mi mujer cuando me vió me dijo: Me tienes que llevar a Mercadona, cuando tu quieras, pero me tienes que llevar. Si, es que la rutina es asi, y las grandes superficies tambien. Y la confianza que da asco, ya digo.