Quizas una de mis aficiones urbanas sea visitar librerias, tocar los libros, olerlos y, en casa, tenerlos siempre cerca. y quizas también haya un porqué.
Habia en mi casa un mueble-armario al que llamábamos "la biblioteca" y toda ella, lo que contenia, pertenecia a mi madre. Era un mueble de color negro, como el resto de muebles que componía el salón; quizás seria el color de moda de entonces, de cuando se casaron mis padres. Tenia dos hojas, generosas, y dos cristales esmerilados cada una de ellas, que evitaba que se viese lo que contenía. Se cerraba con llave y en verdad todo lo que alli habia pertenecía a mi madre; mi padre no era hombre de libros. Yo tenia acceso a ella, mediante una llave que, escondida, solo yo conocia el sitio. Aunque eramos, y somos, seis hermanos, la verdad es que a los otros cinco tampoco les llamaba la atención aquello de los libros. Era una biblioteca pequeña y, por tanto, de pequeño contenido, pero para mi era un disfrute que tuve durante algunos años de mi niñez y adolescencia; para mi era un mundo, mi mundo; creia que tenia de todo. Habia un diccionario, de dos tomos gruesos, de tapas duras empastadas en color verde y rotuladas con letras doradas, habia también un libro "gordo", que aún conservo despues de restaurarlo, que usaba con curiosidad con mucha frecuencia y que se llamaba, se llama, "Moderno Consultor Práctico". Tambien habia algunos libros de biografias y me gustaba una especialmente, era un libro de muy buen papel y muy buenas imagenes que, quizas por su uso, andaba ya mal en su encuadernación, era la biografia de Napoleón Bonaparte; recuerdo que pesaba mas de lo que aparentaban sus dimensiones. Otro libro "raro" era uno dedicado al estudio de las rayas de la mano, su autor era italiano y el libro, constituido por unas hojas gruesas y muy porosas, estaba desencuadernado y recuerdo que tenia historia. Al parecer, el autor fue considerado "no grato" por el gobierno de la época, ni su libro tampoco, o quizas al no ser su libro del agrado del régimen, tuvo que exiliarse a su pais y el libro fue retirado de las librerias y por supuesto prohibida su edición; mi madre consiguio quedarse con uno y ahora lo tengo yo, tambien despues de haberlo encuadernado decentemente. Habia poesia en libros preciosamente encuadernados que hoy, con el tiempo, los conservo con sus hojas amarillentas pero con el contenido que tuvieron siempre. Me viene a la memoria el comienzo del Canto III, "El crepúsculo", del "Tren Expreso, de Ramón de Campoamor, que mi madre me recitaba:
"Mi carta que es feliz pues va a buscaros
cuenta os dará de la memoria mia.
Aquel fantasma soy que, por gustaros,
juré estar viva a vuestro lado un dia."
Habia también poesia comprometida, pero recuerdo con agrado ésta. La edad, supongo. Siguiendo con libros "especiales" habia uno, del que recuerdo perfectamente su portada: un hindú de color moreno y turbante blanco y una mirada penetrante; trataba sobre la meditación. Y habia... dos Biblias, una católica y otra protestante, cuando en aquella epoca casi estaba prohibido leerlas: al parecer no estabamos capacitados para entenderla. Yo lei y releí las dos.
Por supuesto habia novelas que cuando mi madre me veia leyendo alguna controlaba y en muchas ocasiones, despues de preguntarme que estaba leyendo me decia: "Espera. lee este primero, sino no vas a entender el que has empezado." Lo leia creo que todo.
La zona inferior del mueble lo ocupaban montones de revistas de la época y novelas que se editaban por fasciculos en formato grande y papel de periodico. Habia muchos folletos, recortes de prensa y unos cuadernillos que me llamaban mucho la atención y que estaban escritos por un tal Mesmer, el creador del "Mesmerismo o la transmisión del pensamiento", el que seria despues el padre de la actual parapsicologia. Mas o menos. Y habia también unos lienzos flexibles enrollados que eran reproducciones de los cuadros mas significativos de pintores conocidos, entre ellos, Sorolla. Una gozada para mi en aquella época. Y, por supuesto habia rollos de dibujos de mi madre, de gran formato, a carboncillo, de sus magnificos y extraordinarios dibujos, que, por circunstancias que quizas cuente algun dia, no he podido conservar.
Si, quizas haya un porqué de mi tremendo "apego" a los libros, por mucha tecnologia digital que se tercie.
5 comentarios:
Si como dices tenias no muchos años, llama la atencion de los detalles con que describes la biblioteca y lo que contenia. Llama tambien la atencion que en esos años quizas se estuviera mas con amiguetes que con libros, mas aun con los libros que describes. No se a veces los recuerdos se mezclan con deseos y no quiero decir que, en este caso tuyo, no se corresponda con lo que fue, pero me llama la atención.
Igual te digo ¿como te puedes acordar de todas esas cosas que dices? Yo no me acuerdo ni de lo que hice el mes pasado. La verdad, es bonito,y para gente como yo, que no lo he tenido, creo que es un privilegio haber contado con libros y con alguien que te lleve. Lo que ya no se que sera de los libros con los inventos nuevos que estan saliendo.
"Me rebelo a morir, pero es preciso... !El triste vive y el dichoso muere¡... ¡Cuando quise morir Dios no lo quiso; hoy que quiero vivir, Dios no lo quiere!
Algo recuerdo. Es un poema largo dividido en tres Cantos. Me ha traido recuerdos a mi también. No conservo nada de Campoamor. Enhorabuena por haber gozado de tales compañeros de adolescencia. Y si, al contrario de lo que insinuan Mafaldo y Adriano Asombrado, creo en esos recuerdos y creo en su veracidad.
Si, Mafaldo lleva razon en cuanto que a veces idealizamos nuestros recuerdos y "vemos" lo que realmente hubieramos querido; no es asi en este caso, porque he seguido viendo, tocando, oliendo, husmeando por la biblioteca que eso si, ya adulto, el mueble me ha parecido mucho mas pequeño que lo que recordaba, sobre todo en altura.
Adriano ya se que te pasas la vida asombrandote, que creo que es bueno, pero también creo que es normal que uno tenga recuerdos y los traiga a su realidad, como creo que es positivo. El libro digital no creo que ya nadie lo pare y quizas sea interesante, pero no creo que se pueda comparar con el calor, compañia, que aportan los libros tradicionales.
...Sí, has sido afortunado al contar con una pequeña biblioteca, y que desde pequeño te sintieras atraido por ella más que por correr por las calles, o cualquier juego juveníl, tiene que haber de todo en esta vida, si todos esos genios que nos ha dado la música hubiesen pasado su infancia jugando, hoy cereceríamos de su música, si tu madre no te hubiese transmitido el amor por los colores, la música, la pintura, la lectura...quizás hoy no pintarías esas obras de artes, no te interesaía la escritura, no tendrías inquietudes...Pero por suerte los libros estubieron a tu alcance, la magia de la inspiración no te fue indiferente, ni tú a ella, y has sido capaz de guardar olores, sensaciones... donde se guarda todo lo que se ama, en el corazón y en el recuerdo.
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