No se como decírselo. Con la ilusión que le había hecho, bueno y a mi. Ya se
que me lo comunicaron unos días antes del verano, bueno que
decimos verano al hecho de cambiar de sitio, de trasladarte a una zona mas
fresquita, aunque este año el fresquito se ha
transformado, ha mutado, a frío. ¡Es que ha hecho un frío! Y claro como estamos en verano pues no es
cuestión de abrigarse como si
estuvieras en un mal otoño, y hala a salir con camisas
de mangas cortas, sin una chalequillo, incluso con pantalones cortos y... ¡He pasado un frío!
.- Mire usted. Tengo mas de 80
años
y nunca había visto una cosa
así.
Me lo decía una vecina cuando íbamos a tomar el ascensor. Una vecina a la que no recordaba
que viviese en mi misma casa; luego pensé que a lo mejor seria un
familiar de alguno de los vecinos.
.- ¿Viene
usted?. Me dijo sujetando la puerta.
.- Si, si, claro. Le dije
.- No, es que muchos
vecinos prefieren la escalera y no me lo dicen hasta que están
subiéndola.
.- No es mi caso.
.- Frío
en el mes de Julio. ¿Cuando se ha
visto esto?. Yo voy al cuarto.
.- Yo me quedo en el tercero.
Le iba a contestar cuando llegamos a mi planta, pero solo
me dio tiempo para decirle que seria cosas del cambio climático.
.- ¿Como
dice? ¿Cambio
que...?
Aproveche que llegaba a mi planta y me despedí. Supongo que lo de la edad seria verdad. Lo que pasa que
hoy día no hay una abuela que no
vista con ropas alegres y que en otro momento se hubiera dicho que no le
pegaba. Y también muy arreglada; igual venia
de la peluquería, porque en peluquería hay que ver lo que se gastan las abuelas, bueno y en
ropitas... una pasta gansa. ¿Y en viajes? Yo no he visto a
nadie que viajen mas que las abuelas; se suben a cualquier cosa que les lleve
adonde sea.
¿Que iba diciendo? Ah, que no
sabia como decírselo. Si. A mi Cuco, a mi
reloj Cuco. Tenía que habérselo dicho antes de venirme, pero es que... ¿Como se lo decía con la ilusión que tenía?. ¿Como decirle ahora que su mal no tiene cura?. Es que es muy
fuerte. Bueno y para mi, que ya me lo había figurado saliendo de su casa
cantando con la alegría que siempre lo ha hecho; con
la alegría y con el tono, porque tenía un tono de canto de cuco que ya quisieran muchos. Como
que era raro que no hubiera siempre alguien que no estuviese pendiente de su
salida a cantar las horas, o las medias o los cuartos que también los daba. ¿Los niños? bueno... para ellos era un espectáculo que esperaban sentados mirando impacientes cuando se
acercaba el momento. Es que mi Cuco... era mucho Cuco, bueno lo es, lo que pasa
que al pobre se le han ido las cuerdas vocales, ya os lo conté. Por eso principalmente me he venido y no le he dicho
nada. Anda, me dije, ya se lo diré cuando vuelva y claro ahora
que ya esta esto dando los últimos toques... casi con
colores nostálgicos, con el éxodo de la gente pensando en volver a sus casas... es que
es verdad, por aquí, por esta zona de veraneo,
entrando en la segunda quincena de agosto... se acabo. Ya lo dicen todos,
cuando nos quejamos de los precios abusivos
.-Es que son dos meses, mas o menos!
Ya, ya, pero pretenden vivir con ello todo el año a costa de los veraneantes, que tiene guasa la cosa. Y yo
lo noto mas, porque suelo venir durante todo el año, por lo menos una vez al
mes. Y es verdad. La zona que en esta época del año es todo bullicio, jaleo, que no se puede ni pasar, con todos los bares y restaurantes
llenos... fuera de este tiempo es una zona sin vida, con mas de la mitad de los
establecimientos cerrados... Y es que no tiene turismo de invierno, es un
turismo de vacaciones, familiares, de los meses de julio y agosto y para de
contar. Juan, otro vecino, patrón jubilado, la otra tarde me
lo decía con ese dejillo al hablar
característico de por aquí.
.- Es que, mire usteee. Si
ahora no se puede ni andaaa. Yo en to el verano he ido una vez a la playa. Es
que vienen tos de gorpe, con lo bonita que esta la playa fuera deste tiempo,
que da gusto pasearla... Si es verdaaa.
.- Llevas razón Juan. A mi me gusta también cuando esta esto al natural.
.- Po naturaaa.
Y ya que estaba aproveche para hablar de lo del tiempo, lo del frio en
el mes de julio.
.- Mire uste los vientos dominantes en
Punta son los de Levante… y este año se han metido en Poniente que no hay quien
los haga rota.
Y es que pa los naturales, los naturales del pueblo, es
como si no fuera veraneo. El pueblo se llena de gente, pero de gente con prisa,
bueno es la impresión que me da a mi, y también como si no hubieran comido en mucho tiempo. Es verdad,
siempre que salgo un ratito ya anochecido, los veo comiendo, pero con unos
platos... y todos de pescaito frito y marisco, bueno y cervezas, que no falte.
Y es que aun cuando vivan de ellos, de los turistas, prefieren la tranquilidad,
su espacio... y yo estoy de acuerdo. Pero tampoco se porque estoy contando esto,
que debe ser porque estoy todavía por aquí, porque de lo que estaba hablando era de como le digo yo a
mi Cuco que no tiene cura. Bueno y a mi, porque el tener que hacerme a la idea
de no volver a escuchar su parloteo... ahora canta, si, pero es un canto sordo,
basto... extraño diría yo y... que no, que no se acostumbra uno. Pero lo acepto,
claro, porque el cariño a mi Cuco esta por encima de
eso y mas. Hay que tener en cuenta que son muchos años juntos, que han sido muchas horas, que han sido muchos días verlo pendulear con el salero que el solo sabe
hacerlo... Y es que mi Cuco es muy suyo. Es originario de Centroeuropa, de
alguna zona de Austria o incluso Alemania, no recuerdo bien, los preparan para
que a temprana edad se dispongan a comunicarnos que el tiempo pasa
inexorablemente, pero haciéndonoslo saber muy
agradablemente, con su aleteo y sobretodo con su canto tan característico. Es artesanal y todo de madera, nacido de artesanos
relojeros. De allí vino mi cuco hace años, muchos, muchos años. Y, claro, cuando la solución a su problema de cuerdas vocales pasa por un
trasplante... pues no hay manera, las
que se encuentran las rechaza. Ya digo, es que es muy suyo mi Cuco. Y eso es lo
que le tengo que decir; que tendrá que vivir con sus cuerdas
vocales desgastadas el resto de su vida... y de la mía, claro, porque pienso vivir con el hasta que la muerte
nos separe.
Y aquí estoy en mi querida terraza
dando a una ría preciosa, donde reposan
numerosos barcos de pesca a la espera de que les den la orden de salir a
pescar, con una temperatura magnifica y con las luces que aportan tanto las
instalaciones del puerto de Huelva, como La Rábida y todo el Polo Químico. Incluso las de Mazagon, que se ven ya en la lejanía, reflejadas en la superficie del agua de la ría.
Es de noche y la
calma me incita a meditar sobre como le planteo a mi Cuco la noticia.
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