Sobre el amor…y otras cosas.
Le
decía a una amiga, que anda por aquí de vez en cuando, que quería escribir
sobre el amor. Era evidente que me metía en un buen berenjenal prometiéndole
tal cosa; hablar sobre el amor, así como así, no es que sea fácil, ni difícil,
ni complicado, es que es... una incertidumbre, porque ni siquiera tú sabes que
es lo que vas a decir sobre el amor. En principio la intención era hablar sobre
el amor en edades avanzadas, porque a veces da la impresión como si el amor
solo estuviera destinado a la gente joven.
Después
recordé, de como hace muchos, muchos años, en una revista de entonces y en la
que escribía un escritor conocido entonces y conocido mas ahora, acuñó una
frase, que ya entonces me planteaba dudas sobre lo que en realidad quería
decir, : ""hacer el amor"".
Entonces no la entendía pero es que hoy día tampoco y han pasado más de
algunos años. No la entendía en cuanto al uso que le daba. Literalmente y según el DRAE, " hacer el
amor" es exactamente copular. Algo así como una manera fina de decirlo, un
eufemismo vamos. Pero lo cierto es que esa expresión, en nuestros días, sea en
los reality esos de la tele, en los que a ver cuál de los tertulianos grita
más, sea en la prensa de cualquier color y formato, se está utilizando o se
utiliza para hablar del amor. Y ahí no estoy nada de acuerdo.
El
copular, ""unirse o juntarse sexualmente"", como dice el
DRAE, lo he entendido siempre como la consecuencia, el resultado, el culmen,
del amor entre dos personas. El copular porque si, que es lo que parece ser que
se lleva mucho actualmente, el te cogi te comí, como también se dice muy, muy
vulgarmente, no se, pero no creo que tenga nada, nada que ver con el amor. Si
con el deseo, con el sexo... ni siquiera con la sexualidad.
Y,
me parece, que en la actualidad, en estos tiempos, el concepto, la idea se
distancia más.
Hace
unos días tuve la oportunidad de leer una entrevista que le hacen a tres
escritores-autores muy conocidos: Vargas Llosa, Perez Reverte y Javier Marías.
Ni que decir tiene lo jugosa que estaba la entrevista, las ocurrencias de cada
uno, la cultura de los tres... y en un momento surge el amor y no recuerdo bien
si fue Perez Reverte el que habló del amor romántico y fue entonces cuando
Vargas Llosa, como si se preguntara así mismo, dijo: pero si el amor no es
romántico entonces que es?. La pregunta se quedó entre los tres y al menos en mi también. No se me había ocurrido
condicionar el amor de esa manera y lo cierto es que lleva razón. A veces
tenemos una impresión del romanticismo algo cursi, antiguo.
Es
verdaderamente asombroso, se puede comprobar, que gran parte de la información
que nos llega, que nos inunda, que recibimos, vía anuncios, sloganes,
publicidad... detrás, delante, de manera expresa o subliminal, aparece el
amor... entrecomillado. A veces me causa sonrisa ver cómo el fin y el resultado
de ponerse una colonia prepara a los protagonistas para irse a la cama de
inmediato. Solo con olerla (la colonia, se supone). Y también me ocupa tiempo
comprobar cómo cada vez más se rinde un tremendo culto al cuerpo, femenino o
masculino, da igual. El hombre actual, y la mujer, que igual monta, lo quieren
convertir solo y exclusivamente en materia y sexo. Se puede pensar que son
cosas de la publicidad, del "marketing", de la necesidad de vender. Pero
la verdad es que esa publicidad acaba influyendo, precisamente por ello, con
gran fuerza, en esa mujer y ese hombre.
Al
amor lo he entendido siempre como el ocuparse y preocuparse, como compartir,
sentir, compartir silencios, miradas, sentimientos, dolor, alegría, dolor en la
ausencia, tristeza en la marcha, el amor es saber, conocer, el uno del otro,
sentir su tristeza y tratar de paliarla, buscar su felicidad en todo momento,
respetar, considerar... y claro, como no, unirse, unirse fuertemente en uno
solo, buscar las caricias, desear las caricias... como dice una amiga mía
refugiarse, acurrucarse en el otro. El ""hacer el amor"",
que decía ese conocido escritor y se dice ahora, es en todo caso el resultado,
la consecuencia, y el deseo ultimo, íntimo de estar uno en el otro. En
cualquier caso, hacer el amor, seria la consecuencia, no el fin.
Con
el amor se desea, se comparte, se vive, se alegra, se silencia, se mira sin
saber porque, se siente sin saber porque, se quiere sin saber porqué, se quiere
estar con la persona amada sin saber porque, solo es sentimiento que no se sabe
de donde sale, ni como se mantiene.
En
una de esas noches que nos puede regalar el verano, de paseo lento, de disfrute
de una ría iluminada con los reflejos de las luces, acogiendo el descanso de
embarcaciones dispuestas para la faena de la madrugada siguiente, acompañado de
una brisa marina deliciosa, observe que, delante de mi iba una pareja que
mostraban ya de espaldas, una gran complicidad, susurros, diálogos mesurados, y
que iban cogidos de la mano. Después observe su paso lento, sin prisas, como
recreándose en la noche. Aun cuando por mi paso más rápido podía haberlos
adelantado quise seguir observándolos porque me pareció que eran... lo que me
figure; una pareja de edad avanzada, por eso el paso acorde con su tiempo, que
disfrutaban de un paseo y de su mutua compañía. El le hablaba muy bajito y con
la cabeza inclinada y ella le escuchaba, y con tanta atención, con tanto
interés, que parecía que era la primera vez que lo oía. Así estuvieron todo el
rato, en su mundo, ajeno a todo lo que le rodeaba, y con las manos cogidas. En
mi imaginación, que no quisiera perderla jamás, me pareció ver como iban
dejando una estela de felicidad increíble. Esta escena sería suficiente como contestación
a esa amiga de hablarle del amor...en edades avanzadas. Pero creo que hay más.
Si,
hay más, porque aunque no lo haya mencionado, si he dejado entrever uno de los
sentimientos, para mi más hermoso que debe aparecer en el amor a esas
edades...de vida, que no de sentires: la ternura. Ese sentimiento que impulsa
al acogimiento, a la caricia, a la sonrisa... Y la amistad, el amigo del alma,
con el que siempre estás, aunque no estes.
Y
no quisiera estar idealizando, amiga.
1 comentario:
Querido amigo Juan Adolfo: Acabo de leer con detenimiento y disfrute el blog que has puesto sobre el "Amor", y no puedo estar más de acuerdo con los conceptos y explicaciones que has dado sobre el mismo. El amor, yo lo considero como una situación de ingravidez física y mental durante el tiempo en que nos encontramos transportados a otros niveles de sensibilidad emocional, el amor es una experiencia única y necesaria,que todo se humano debe experimentar, y no me refiero al acto sexual, sino a esa experiencia de compartir con la compañera, lo más intimo, los sentimientos más primarios que todo ser lleva consigo, este intercambio positivo de sensaciones, completa y mejora la identidad personal de los enamorados,es entregar su cuerpo y su alma a quien no dudas seras correspondido, sin dudas, sin temores, la fe y la confianza en uno mismo y en el otro se refuerzan y se consolidan; en fin algo etéreo que produce efectos físicos y mentales duraderos. Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros.
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