Y es verdad que te miras al espejo y compruebas, te das cuenta, de quien eres en realidad, en que tiempo estás, que lo que ves, no corresponde en absoluto con lo que realmente sientes o has ido sintiendo toda tu vida hasta ese momento.
He llegado a la conclusión de que hay que envejecer, ya sé que no hace falta que lo queramos, que envejecemos porque es parte de nuestra existencia, pero quiero referirme a la necesidad de que tus sentimientos, tus sueños, tus deseos...dejen de ser jóvenes. Pero es que, en mi caso no puedo desprenderme de ese sentimiento, porque aún cuando el espejo me esté mostrando ese paso del tiempo, no dejo de sentirme joven, bueno tampoco sé cómo de joven, pero podría traducirlo por ilusión, asombro, curiosidad, sentido de futuro, proyectos, trabajos, necesidad de saber de conocer…de nuevos sueños, no los de entonces… no sentimiento de pertenencia al tiempo de ahora, no al pasado. Como le suelo decir a mi hija, “”yo tengo más tiempo que tú, pero mi tiempo es este, el de ahora, el tuyo.””
He visto una película entera, completa, lo digo porque hacía tiempo de que no lo hacía y me he encontrado con unos sentimientos que debía tenerlos por ahí entrelazados, escondidos entre esos millones de neuronas que dicen que tenemos, porque no los había sentido antes.
En muchos momentos, en muchos, siempre me he dicho, y lo he repetido, que la vida es algo maravilloso, apasionante y, que lo es, es lo que siento, no solo por ella misma sino por todo lo que te rodea, lo que percibes, lo que sientes, lo que ves, hueles, tocas...la duda me viene si esta idea la he tenido siempre, si en otra época de mi vida lo veía, lo sentía igual que ahora. De no haber sido así fue un tremendo error. Es verdad que transcurrir por ella, por la vida, es como si fueras subiendo pisos en un edificio y conforme lo vas haciendo el paisaje, lo que ves, no tiene nada que ver con el que veías cuando entraste en el. Y eso es lo tremendo.
La película me ha sumido en una especial añoranza y en unos sentires de otros tiempos. La película tenía que ver con una niña y con una tía suya... y con la imaginación y con el riesgo y... que me llevo, me trasladó a unos pasados años. Nuestro subconsciente es tremendo porque siempre está aunque no lo tengamos a mano y porque siempre, en el momento más inesperado, nos trae recuerdos, deseos, ternuras, entregas, sueños, sentido de la vida... y con todo ello la sensación de que ya no los tendremos, de que ya no habrá una relación tan estrecha de efecto/causa...
La película, mi subconsciente, me ha traído el tiempo de crianza de mis hijos, crianza en el concepto amplio, y aunque también el hecho de que no va a haber otro tiempo así, el sentimiento profundo, maravilloso, hermoso de que estaba haciendo algo que, después, cuando pasó, no he vuelto a sentir por algo. Es ese un tiempo en el que está presente la imaginación, la fantasía, la creatividad, la responsabilidad...el tiempo de ver a unos seres que has colaborado a que estén por aquí.
Le leí a alguien conocido que no había que volver a los sitios donde se había vivido y lo acepte. Ahora cuando precisamente he vuelto a ese sitio donde viví no estoy de acuerdo. He revivido he vuelto a tiempos y sitios pasados que tenía olvidados, desterrados casi y me arrepiento no haber vuelto antes. Algo dice la canción: “”En un rincón del alma, donde guardo el recuerdo…””
Y es verdad que a cada edad lo suyo. Hace tiempo, viniendo de Punta Umbria al Rocio, un recorrido que me gusta hacer, fui escribiendo lo que yo entendía, y sigo sintiendo, por "mi edad", por la edad en la que estoy.
Es verdad que cada día tiene su afán y cada época de nuestra vida el suyo, y aunque una película como está me traiga recuerdos, vivencias, ratos de felicidad, de satisfacción... no quiere decir que muchos de aquellos sentimientos no estén. Como digo en ese artículo mío, al que he hecho referencia, estamos en la edad, en la que tengo, de la cosecha, de la ternura, de sentir emoción por una puesta de sol o una notas de un violín, en la que siento que el tiempo me pertenece, en saber el valor de las pequeñas cosas, en valorar el sentimiento de la amistad, en la edad de los silencios, de los asombros... y en mi caso con la curiosidad de siempre, y en mi caso con nuevos sentimientos, sentires, que ni en otra época, en otro tiempo tuve...o estaban dormidos.
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