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miércoles, 13 de mayo de 2020

Y DE PRONTO... EL MIEDO



















Y de pronto…el miedo.


De pronto parecía que se nos abrían las compuertas de la esperanza, pero en verdad, no dejaba de ser un nuevo señuelo, un quiebro a nuestra credulidad. Cuando teníamos la sensación de que podiamos, por fin, estar tomando lo que nos apeteciera en una terraza, comprobamos con desengaño y decepción de que la verdadera preocupación era por el dueño de esa terraza; por su economía, por, dicen, su supervivencia, por puestos de trabajo, por dejacion de ingresos al Estado. Produce cierto repelus pensar que si no fuera por la economía no se abriría la esperanza de recuperar libertades para el ser humano.

Vivíamos aceleradamente, haciendo muchas cosas, sin dejar tiempo para ver, vivíamos en la adoración permanente a la diosa tecnología; nuestro vocabulario, nuestro medio de comunicación mas extendido, se llenaba cada vez mas de esos hijos de la Diosa: ordenadores, iPad, iPod, redes sociales, wifi, Memoria RAM, software, USB…y yo que se mas que compone ese nuevo cielo de creencias al que nos hemos hechos fieles y bien fielmente.

Y cambiamos fe y creencia por artilugios de nuevos brujos, en la certeza de que resolverían todas nuestras dudas y preguntas y hemos cambiado, los amuletos, la cruz, las imágenes…por aparatos a los que les asignamos inteligencia…artificial y , al parecer, poderes casi sobrenaturales. Y no nos dábamos cuenta de que vivíamos con unas enormes “orejeras”, solo viendo lo que los gurús tecnológicos y quien sabe mas, querían que viésemos, bombardeados con la ideas certidumbre de que la felicidad pasa por tener, y porque no, por los atajos o creencia de iluminados con normas que prometen son llave para la felicidad. Se nos olvidaron los pequeños detalles, se nos olvido mirar al cielo, disfrutar de la naturaleza, de los sonidos de la mar y de ratos de silencio.

Lei hace algún tiempo la entrevista que le hicieron a un psicólogo y escritor, cuyo nombre no recuerdo, que entre otras cosas decia que “la vida es un chollo si no te creas unas necesidades vacuas.”. Entre otras cosas defiende, según la psicología evolutiva, que “nuestro mundo emocional depende de nuestros pensamientos de nuestra manera de ver el mundo, de nuestra filosofía personal.” Y estoy muy de acuerdo.

Y vivimos en la prisa, en la resolución de las cosas y problemas cada vez de manera mas inmediata, en un “sin pausa”, ni reflexion. Y hasta era signo de hombre/mujer moderno, actual. Cuanto mas energía se mostrase en nuestro quehacer diario mas nos acercábamos al ideal de ser humano actual, ya supermoderno. Valentin Fuster, eminente cardiólogo y gran humanista, decía que al “mundo actual le falta reflexión”.

Y llegados a aceptar vivir cargados de cachivaches y artilugios de toda clase, y también de toda la ropa del mundo, de ropa que ni remotamente llegaríamos a amortizar, porque antes ya aparecía oro modelo mas actual y teníamos que estar al día, a la tortura de la moda, a favor de la corriente, aunque la corriente nos llevara al adocenamiento cargados de tanta anestesia que éramos incapaces de verlo. El consumo había entrado de lleno en nuestras almas…peor aun, en nuestros cerebros como la peor de las adicciones sin apenas enterarnos.

Y vivimos muy seguros de nuestra libertad. Nos sentiamos libres en todo y para todo, entrando en una soberbia colectiva, sin apenas darnos cuenta de que nos habíamos convertido justo en todo lo contrario. Y vivimos transformados, cambiando personalidad, decisión, gustos únicos por comportamientos globales; cambiando radicalmente cacharros de consumo, inducidos,  y previsto que serian consumidos por el ser humano, por valores. Y empezamos a vivir sin valores.

Para Eugenio Trias, “la transformación es radical, y altera valores, formas de vida, modos de ver y de vivir.” Y cambiamos el Dios de nuestros padres, `por los dioses de los hombres. Tuvimos dioses a montones, a los que se adoraron, y se adora, como casi nunca se hizo con otro Dios. Y ¿se puede vivir sin valores?

Y vivimos encantados y seguros en este mundo nuevo de inteligencia artificial, ordenadores cuánticos, robótica invasiva y deseos de inmortalidad…


Y de pronto…algo invisible, que nos decían que existía, que nos decían que era mortalmente peligroso para el ser humano, apareció en nuestras vidas, acabando con ellas, derrumbándolas como piezas de un domino…y de pronto nos encontramos con que el mundo se paralizo, nuestra vida quedo en nada, nuestros dioses, soporte de nosotros mismos, no servían para resolver el caos. Las ciudades quedaron convertidas en ciudades fantasmas, de desolación y silencio. Habia que guarecerse, protegerse, confinarse en nuestras cuatro paredes…y había que aprender a vivir una nueva vida para la que ni remotamente habíamos sido preparados. De pronto, radicalmente, nos encontramos con otra realidad; casi nada de lo que hasta entonces tenia para nosotros valor carecía totalmente de ello  en esta situacion. Casi todo se depreciò. Había que crear espacios de una convivencia , para la que no habíamos sido preparados. Teníamos que acostumbrarnos a que el valor de las cosas casi no tenia sentido. Necesitábamos con toda urgencia aquellos valores que dejamos en el camino por otros que ahora no nos servían para nada. Y poco a poco fue creciendo la terrible realidad de nuestra tremenda debilidad, indefensión y fragilidad. Descubrimos que no éramos hijos de esos dioses que adorábamos, protegidos, fortalecidos, amparados por ellos. 

Y de alguna manera nació en nosotros el miedo.







1 comentario:

Jose Cuadros Moreno dijo...

Amigo Juan Adolfo: Te noto un poco o quizá un mucho acojonado, la humanidad a lo largo de la historia, ha pasado por situaciones Bíblicas o reales verdaderamente terribles,desde el Arca de Noé hasta terribles guerras, matanzas, epidemias, pandemias,pero estos antepasados solo tenían miedo a perder la vida,que apenas tenía valor, porque carecían de todo, o sea jugaban con ventaja respecto de nosotros. Esta sociedad actual,animada desde las más altas instancias, ayudando a despreciar los valores que hasta ahora, como tu bien dices han servido de apoyo y sostén, permitiendo que la sociedad con sus defectos pudiera caminar; pero hoy la familia, está desapareciendo y no hay que olvidar que esta es la célula primaria de una sociedad civilizada. No estoy revindicando la Patria Potestad del derecho Romano, que permitía al padre a disponer incluso de la vida de su hijo, a pasar en un periodo muy corto a que los hijos dispongan de la de sus progenitores. en sentido figurado. Mal camino llevamos, a mi ya no me da tiempo a cambiar de bando,la educación recibida, son como los genes, no te puedes desprender de ellos.Así que procura ser un buen ciudadano,aunque las circunstancias no te animen a ello. Un fuerte abrazo antes de dar el tropezón y te puedas romper la crisma.