Me gusta pasear Sevilla. La paseo, la disfruto, la fotografío buscando sus rincones, sus curiosos personajes, sus
puertas señoriales, que después dibujo... Es una
ciudad que se presta a ello y no solo por su superficie plana sino por su
luz, su urbanismo... por ciudad
dividida por un río y unida por sus puentes, por la belleza de sus
monumentos... la paseo mucho y me agrada hacerlo.
Y es curioso, porque según la época del año, los paseos, el recorrido de
los paseos, son distintos. Sevilla en otoño, por ejemplo, es una
delicia, por su temperatura, por su colorido, por sus atardeceres... su río, en otoño es distinto, sus aguas
reflejan de otra manera... quizás recogiendo esos atardeceres
apastelados... es un otoño alegre a pesar de lo que esa
estación del año significa... Es evidente que cuando las temperaturas
suben pasear por Sevilla debe reducirse a horas concretas de la mañana y ya cuando el sol comienza a desaparecer.
Un recorrido que cada vez me gusta mas, y mas aun después de haberlo convertido en zona peatonal, es el que va desde la Puerta Jerez a la Campana,
pasando por lo que generalmente llamamos la Avenida, la Plaza Nueva, la calle
Sierpes... Es un recorrido rectilíneo, de zona turística y con la
presencia de monumentos significativos
de la ciudad, pero sobre todo y es en gran parte lo que me atrae, por el
elemento humano que la recorre, la disfruta. En ella puede verse desde el
ejecutivo caracterizado por la vestimenta y complementos que lo identifican,
hasta el turista desinhibido, sin respeto humano alguno, sin complejos y al que
puedes ver con la ropa mas variopinta y en las posiciones mas curiosas.
Vendedores de lo que sea, desde los cupones a flores, desde bolsos a cinturones… captadores, como yo les denomino, de clientes donantes de
ayuda a ONG conocidas y menos conocidas, mimos, que no se porque han
proliferado tanto últimamente, mimos que lleguen
a lo inverosímil, desde uno convertido casi
en una flor, a otro en un murciélago enorme, o el tenista
parado en el momento de tocar la pelota… la señora tocando el acordeón con su perrito incorporado y
música, que lo de música, música… vaya usted a saber, solistas
con instrumentos muy originales pero que emiten un sonido muy agradable y
personal, de la guitarra triste, melancólica, a los pies de los muros
de la Catedral, el que solo canta rancheras, o los sones de un acordeón o un violín, o formando algún dúo o trío, con una música maravillosa…
Los veladores, el tránsito de personas, las gitanas
ofreciéndote la ramita de
romero, la que vende los pañolitos de papel, el mimo que
ocupa como dos o tres veladores juntos, la zona señalizada para ciclistas, el limite de seguridad para con el
tranvía, ... todo hace que la
avenida se convierta a veces en una especie de mini caos... agradable y a quien
le guste observar el comportamiento, la conducta humana, un disfrute.
Con las vendedoras de ramitas de Romero, que no venden, te
la regalan con una mano mientras te están pidiendo con la otra... casi
hemos llegado a una cierta relación. En una ocasión, en época de frío de Sevilla, es decir de
temperatura no muy baja pero si muy húmeda, y, en mi caso, con un
chaquetón de abrigo, la bufanda, el
pelo largo que se presta por el frío, la barba, algo cubriendo la
cabeza y la maquina de fotos que casi siempre procuro que me acompañe... pues acuden, mas bien me asaltan, ofreciendome en un
chapurreado ingles, la ramita de romero. Yo me defiendo:
.- ¡Que soy indígena y vivo en Triana!
.- Anda ya "mi
arma", que no tenemos na pa come hoy.
.- Anda, me dice
la menos mayor, déjame
que te lea la mano.
.- Vale, le digo muy serio, pero déjame que te la lea yo a ti antes.
Para que lo dije, al momento tenía a todo el personal rodeandome.
.- Que dise que sabe
leerte las manos, les decía a las demás.
Y no tuve mas remedio que "leerle" la mano.
... pues que como no tengas cuidado te puede venir otro
churumbel, y que tu "mario" que como no lleves parne no se acuesta
contigo esta noche.
.- Anda ya... ¿eso
pone en mi mano?
.- No, pone mas, pero si me das el romerito gratis hoy y mañana, te lo cuento.
La cosa acabo con un
romerito metido entre mi bufanda y la propina que les di, pero... fue un rato
divertido, que se repitió hace unos días cuando me encontré a una amiga que estaba
buscando imágenes de belen pero en escayola
para ella acabarlas tratándolas. Y en eso estaba cuando
las vi que se acercaban, como no, no se si las mismas, aunque a mi me lo
parecieron. Y quise volver un poco a los que había sucedido hacia un tiempo. En
un momento cogí la mano de mi amiga, justo
cuando llegaban ellas, haciendo como que le estaba leyendo...
Bueno, después vinieron los comentarios, la
chispa de estas mujeres, el "mi arma dame argo pa come"... la verdad
es que acabamos riéndonos y esta vez sin romerito
pero con otra propina.
Una de las ultimas veces que la he visitado hacia un día espléndido, como casi siempre suele
presentarse los días del otoño en esta ciudad. Había pasado la Puerta Jerez,
habia sufrido la insufrible insistencia del pedigüeño cantarín, como ya le defino, que siempre
dice que tiene hambre y ya quisiera yo comer lo que debe comer para estar como
esta, pero que lo dice cantando, aunque en verdad sin importarle mucho si le
haces caso o no, al ucraniano del acordeón, que me tuvo preguntandole
sobre el instrumento un buen rato hasta que me dijo que no me entendía, el hijo de su madre, a la ucraniana, con otro acordeón y además con su pequeño perro, bien abrigado, una especie de chaleco que le ha
fabricado, las gitanas orondas, habladoras, cantarinas que dicen leerte lo que
te va a ocurrir en tu vida... siempre que le compres un ramito de Romero, y que tienen sitio fijo para ofrecerte su
mercancía, romero o la buenaventura,
en una de las esquinas de la Catedral, casi enfrente del edificio de
Correos... cuando de pronto me tope con
los sonidos, la melodía de un instrumento que me
encanta, las notas que salían de un saxo, bajo, notas y melodía de boleros, acompañado de una guitarra. Me quede
a escucharlo, tocaba bien, parecía sentir lo que tocaba y el
instrumento que lo hacia. Al saxo le va bien el bolero, pero me gusta mas
cuando se adentra en la música de jazz acompañado de un piano y un contrabajo... es una delicia. No se
pero lo evoco con una voz ronca, rota, sonando lentamente, con nostalgia, casi
con morriña... me gusta este instrumento
como me gusta el bandoneón que solo sabe sonar para el tango y acompañarse del contrabajo. Lo escuche, a los dos, y la voz
preciosa de una mujer joven, una noche en el Alcazar bajo un manto de estrellas
increíble, un silencio que te
inundaba el alma... sonando a tango, a un hermoso, arrabalero y chulo
tango... Y otro instrumento que me llena
es la guitarra portuguesa pero tocando para lo que parece fue creada: el fado.
Pero el fado es otra cosa, no tiene nada que ver con el tango, pero no se
porque los uno los dos, quizás porque son callejeros,
puros, naturales... Al Fado lo escuche una noche en Lisboa, en Don Joao, un
restaurante situado en un barrio de Lisboa. Mientras cenábamos y la iluminación del local iba perdiendo
fuerza, el fado, a tres voces y una guitarra, tomaba posesión de todos nosotros... En un descanso acudí a preguntar al grupo que cantaba pero por la guitarra; su
sonido y su presencia me cautivo desde entonces; es un instrumento de cuerdas,
seis dobles cuerdas, hermoso, fabricado
con delicadeza. El Fado también se canta en Coimbra pero no tiene nada que ver con el
lisboeta, este es mas fado, mas sentimental, mas triste...
Mientras escribo estas líneas están sonando en mi cabeza las letras de un tango y el sonido
triste de la guitarra con el fado, y es que, al menos para mi, son músicas del alma, de nostalgias, de lamentos, de amores
frustrados o de pasion de amores... el tango me gustaba cantarlo y tocarlo a la
guitarra, el fado lo escuche en mi casa, en mi casa de entonces, de alguien que
lo llevaba en la sangre, por eso los tengo tan cerca...como suena el saxo en el
jazz o con un bolero... o como seguí escuchando al saxo callejero
en espera de una propina agradecida.
NOTA: La foto fue hecha en una noche de verano y desde la calle Betis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario