En verdad no puedo evitar que este
escrito sea, en cierto modo, una continuación del que escribí
en la anterior revista dedicada a las fiestas de N. S. del Carmen, que junto
con N.S. de los Dolores y N.S. Del Rosario, constituyen las tres
manifestaciones marianas que se veneran en Isla Cristina, porque si en aquel recogía el reencuentro con los recuerdos,
""nos has hecho recordar los tiempos de nuestra infancia" me
dijo un amigo "reencontrado", en este
es el encuentro con los sentimientos, con los sentimientos que han
despertado el reencuentro con amigos de otros tiempos, y con la satisfacción,
alegría,
de comprobar que no estaba olvidado. Me recordaban. Y el reencuentro con el
propio pueblo; cincuenta y cinco años dan para mucho en el desarrollo
urbanístico
de cualquier población.
Y no tengo mas remedio que hacer
mención
a la exposición. No había estado en mi animo traer mis dibujos
a Isla Cristina, fue, quizás, la pregunta que me hizo una de esas
amigas reencontradas la que lo originó todo ¿Porque no expones de Isla? Y lo que ni
siquiera se me había ocurrido de pronto me originó una gran ilusión y, porque no,
curiosidad. No había entrado en mis cálculos la más mínima
posibilidad de exponer en el pueblo donde viví hace... unos años. Y todo empezó
a transcurrir con la mayor naturalidad; en unos días tenía fecha y días para exponer. Y
no fue una exposición mas, una mas a incorporar en esa lista de exposiciones que
te piden en el curriculum que tienes que presentar.. A través
de ella se despertaron sentimientos, quizás retenidos, contenidos, escondidos,
pero evidentemente no olvidados, relacionados con el pueblo en que viví.
Fue una exposición muy trabajada, en cuando que pretendía
exponer, mostrar, manifestar, lo que había hecho, lo que hago, lo que sigo
haciendo no como en otras ocasiones sino muy especialmente en esta. De alguna
manera exposición y artículo estaban unidos.
Y no solo fueron sentimientos,
reencuentros con mis calles y con aquellos con los que compartí,
vuelta a los recuerdos, revivir espacios, sino que quise saber de Isla
Cristina, de su nacimiento, de su origen, de cómo surgió, de como se llego a dar a aquella
población
de entonces, como se generalizó, el nombre de La Higuerita. Y todo se
debió,
como sabrá el pueblo de Isla, a
Jose Faneca, natural de Mataró, que quizás fuese el primer
guarda que hubo en Isla Cristina, en el año 1750, y que, de alguna manera
contrataron las llamadas Compañías, que llevaban a cabo, en
temporadas, la elaboración de la salazón y espicha, ante el saqueo y destrozo
con que se encontraban de sus enseres de una temporada a otra. La necesidad, la
soledad y la falta de agua, le hizo hacer una excavación a fin de probar
si la encontraba y era potable. Y con no mucho trabajo hizo un pequeño
pozo de no mucha profundidad, al lado de una pequeña higuera,
encontrando agua que no sólo sirvió para el sino para otras Compañías
y trabajadores. Y ello fue lo que dio origen a que a la población
de entonces se la designará como la Higuerita: ""Vamos
a ver el pozo de la Figuereta"", y por derivación
y deformación acabo denominándose
""el pozo de la Higuerita"". Parece que los habitantes
de entonces trataron de tener agua llevando a cabo pozos en sus propiedades. El
padre Miravent, el primer sacerdote que tuvo la Higuerita, llevo a cabo uno en
su casa. A tal efecto, recuerdo como en mi casa donde viví
en la calle del Carmen, en la cocina y
como prolongación del "poyete"" y de los fuegos, y como encimera que servía
de tapa, había también
un pozo. Con posterioridad y ""debido a los generosos donativos con
que la Reyna Gobernadora procuro socorrer a los desgraciados de esta Ysla en el
Cólera
Morbo, -que surgió en Oporto, se extendió por todo Portugal, llegando a las márgenes
del Guadiana, y de ahí a la Higuerita-, los habitantes, agradecidos, le suplicaron
que para eternizar la memoria de tan singular beneficio honrara la población,
mudándole
el nombre de Isla de la Higuerita en el de Isla Cristina, que S.M. accedio
benignamente."".(Del libro MEMORIA sobre la fundación
y progresos de la Real Isla de la Higuerita, del sacerdote Don José
Miravent)
Y no solamente de su nacimiento, y de
su origen quise saber, sino también
de sus devociones, de sus devociones marianas.
La primera imagen que se venera en Isla
Cristina es la de N.S. de los Dolores, "imagen pintada sobre madera,
ubicada en el frontil de la mesa de Altar que se había levantado en la
choza, único
templo de esta población por espacio de diez y ocho años, desde el de 1757 hasta el de 1775,
y que en ese momento constituía la Yglesia." "Comenzando
el culto especial a Maria Santissima con el título de los Dolores, ..." (Del
autor citado)
De la Virgen del Carmen, aunque ya
estaba en Isla desde hacía mucho tiempo, a través de investigaciones de Agustín
P. Figuereo, se pudo saber que se solicita su bendición en el año
1863. Sin embargo, según se recoge en el libro del historiador Vicente López
Márquez,
" son muy escasas las noticias sobre el origen de esta devoción
mariana, siendo el dato más antiguo el que data del año
1802 cuando se nombra por primera vez a la denominada como "calle del
Carmen",, llamando la atención como, la Virgen del Rosario, patrona
del Gremio de Mareantes isleños desde 1789, no contara con ninguna
calle en aquellas fechas. Siendo un siglo después, en 1890, cuando se acuerda nominar
y rotular la actual "calle del Rosario". Mas tarde se le dedicaría
su nombre a la "Plaza Ntra. Señora del Rosario".
Nuestra Señora del Rosario es
considerada como Patrona de Isla Cristina desde el año 1789,
coincidiendo con la la obra de una Capilla " al lado del norte de la
Yglesia colateral al Evangelio del altar mayor, para colocar en ella una imagen
de vestido con el título de N.S. del Rosario, cuya festividad se comenzó
a celebrar desde entonces con la solemnidad posible." . El mismo año
"" en que ya se hizo absolutamente necesario el que quedase un
sacerdote de continuo en esta Población para el mas pronto socorro
espiritual de tantas almas como ya estaban reunidas en este punto.""
(Según
se recoge en el citado libro de Don José Miravent)
Como decía mas arriba, todo
parece indicar que desde la fundación de la ciudad de Isla Cristina las
devociones marianas de Los isleños, han sido N.S. de los Dolores, N.S.
Del Carmen y N.S. Del Rosario; el incremento de la población,
y el inconveniente de tener que desplazarse a La Redondela o Ayamonte para oír
Misa, se acordó el desplazamiento de un Religioso del Convento de San
Francisco, en Ayamonte, para que celebrase esta todos los días
festivos. Al no disponer de edificio adecuado, por suscripción
popular se construyó una barraca en la Plaza, -creo que existe en el suelo placa
recordatoria de ello- siendo esta la primera Iglesia dedicada a Ntra. Sra. De
los Dolores. (Citas y datos todos del citado libro del Padre Miravent).
En verdad me ha resultado muy
interesante descubrir, trastear en los libros buscando la historia de Isla
Cristina. De lo que he conocido, resulta ser una historia muy interesante, la
historia de un pueblo sometido desde el principio a la influencia y al abuso de
otros dos pueblos cercanos, pero que, a pesar de ello ha sido capaz de salir de
esa influencia y evidenciar su propia personalidad.
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