.-Abuelo, ¿ese teléfono era de
cuando hiciste la mili?
No, tu no puedes. ¿Pagarlo?
Bueno no te preocupes, se fracciona el pago y ya esta; yo no he visto nunca mas
smarfhones que en estos momentos, lo tiene el que dice que estudia, el parado,
el que vende las flores en la campana, el del quiosco, la que me ofrece el
ramito de Romero en la avenida, el mimo que tiene unas alas inmensas, tío, la señora que
mantiene limpia mi escalera, el del acordeón... el taxista, el que reparte el pan... el cartero… es que no
estas, tu siempre igual. Bueno y ya que hablamos de smartfhones ¿y las parejas?,
que me dices de las parejitas, de las jóvenes, de las maduritas, de las que ya no están para muchos
trotes...?, que escenas mas tiernas las de las parejitas. Estaba desayunando el
otro día café descafeinado
de maquina con leche semidesnatada y media
con aceite y jamón, con zumo
de naranja recién hecho
gratis, que lo ponen muy bueno donde a veces voy, sentado como en señor, con mi
periódico, de la
casa, cuando veo sentarse en otra mesa a una parejita, de mediana edad, bueno
de las que se dicen maduritas, cada uno con su smartfhone en la mano, mirando
la pantalla sonrientes, felices, animosos... Habían pedido lo mismo que yo, bueno el
café a lo mejor
no era descafeinado maquina, pero lo demás igual, que vi como se lo pusieron por delante, el
desayuno, y ellos siguieron y siguieron y siguieron... que compenetración, que
pareja, ni una discusión, ni una
mala cara, ni un “pues ahora me
voy”, no, que va.
Bueno como seria que yo estaba... ¡pues que no le metían mano a la tosta con aceite y jamón!, que se le
estaba enfriando el café¡. Es que la
unión de una pareja bien llevada hace mucho. No si los
smartfhones estos tienen su aquel. Bueno, creo que he perdido el hilo, ¿Por que decía yo esto? Ah
ya. Había salido con
mi catalogo de ver smartfhones, y me iba a llegar a la farmacia, que esta
enfrente además, la de 24
horas, es que hay algunos que son unos agonía ¿Mira que 24
horas despachando medicinas, pastillas, pañales, para niño, hombre y mujer, cremas, para todo, para las ojeras, para
las arrugas esas de pata de gallo, para la barbilla, para la celulitis... No si
por crema no va a quedar... y claro, uno que va con prisas, yo solo quería solo unas
pastillitas para la tos, ... y una cola... pero con atasco ¿que ocurre?
le pregunto al de delante mía en la cola,
pues no lo se, me dijo... total que tuve que poner el oído y desde
luego...
.- Pero señora, ¿No tiene
usted receta?.- le preguntaba la chica de la bata blanca.
.- No, pero da igual, si lo conozco,
si mire usted lo estoy usando desde antes de casarme..
.- Bueno pero...
.- Mire señorita ya me
acuerdo es una caja así, medianíta, blanca y verde... y las pastillas son
azules... no, espere, azules no, esas son las de la rodilla, no, son rojas,
rojas si... ya me acuerdo.
.- ¿Será esta?
.- Señorita que la caja que yo digo es
blanca y verde.
.- Pero...
.- Si pero esta tiene los colores así a los lados
y la mía es para
arriba… ¿me entiende?
Total que perdí un tiempo…, porque la
señora no estaba
dispuesta a irse sin su caja de pastillas... Después de un buen
rato me toco a mi. Iba buscando unas pastillas de esas que sirven para todo,
para la tos, para la garganta, para el estreñimiento... esas que dicen que están hechas de
yerbas, que vaya usted a saber que yerbas son.
.- No señorita, por
favor, no me de mas champú
.-¿No lo quiere? Me dice extrañada.
.- Señorita es que ya no se donde meterlos,
me larga usted el champú al aceite de
oliva, con el catalogo de la casa incluido, el mismo, cada vez que vengo por
aquí, por favor.
Deben tener un acuerdo con la casa que los
fabrica que ¡hala! en
cuando pides un caramelo de menta te larga el champú al aceite de
oliva, que no se lo pone ni el que lo
invento. Total que cuando salí el cielo
nublado... Pero, me dije, si había un sol espléndido, ya sabes las cosas del otoño. Y yo sin
paraguas, porque la cosa se estaba poniendo fea. Le echo valor, me convenzo que
llego antes de que caiga como la que callo, que era la del tigre, y tiro
palante. Claro la cosa ya se veía venir. Mira
que estaba fea la cosa pero yo palante. como seguía poniéndose mas fea, empezaba a caer agua
con una mijita de malage, me refugie, debajo de una de esas sombrillas enormes,
de coca cola o de la cerveza esa, que ponen cubriendo las sillas y los
veladores, y que se ha puesto de moda últimamente, que no se donde han salido tantas sombrillas,
algunas acompañadas de esa
instalación que te
larga un chorlito de vapor cuando menos te lo espera, menos cuando no es vapor
y te pone que para que, y que estaban en
una placíta delante
del colegio de los Maristas. Bueno aquello era un numerito. No me lo puedo ni
imaginar, yo con mi paquetito, que no sabia como cogerlo porque se puso a
llover, llover, vamos lo que se dice llover... Es que miro a mis pies y
compruebo que la placíta se estaba inundando,
si como lo oyes, solo quedaba una isleta con mís dos zapatos dentro. Bueno, y
pasaban por mi lado con unos paraguas como para un regimiento y los hijos de su
madre, que seria una santa, como si uno fuera una farola; ni mirarme siquiera.
Y ahora que hago, me dije. De pronto veo a un camarero reordenando las sillas y
empece a hacerle señas primero a
sisearle y a gritarle después claro, hasta que se acerco con un paraguas,
.- uf, le dije, menos mal. Porque veía que me
inundaba.
.- Es que estaba esperando a que me
llamara. (Será hijo de su
madre, me dije, que me ha visto con el agua al cuello, casi, y el esperando a
que le llame)
.- Si ¿verdad?
.- ¿Donde quiere que lo deje?
.- Debajo de aquel toldo mismo,
muchas gracias.
Y allí estuve hasta que escampo... con mala
idea porque llover seguía lloviendo.
Y para que te voy a contar como llegue a mi casa aquello no eran zapatos y el
pantalón, bueno
hasta las rodillas.
Y aquí estoy escribiendo esto con un trancazo, con dos cajas de
pañuelos de esos
de papel que se ponen asquerosos cuando pasan por debajo de tus narices, de
esos que tratan de venderte el de turno en cuanto paras el coche en un semáforo, que ya
no se donde meterlos... los tengo en el coche, en la cocina, en la mesita de
noche, en la salita al lado de los libros,… y es que los ves así con la carita de
pena que ponen, haciendo gestos de que lo necesita para comer, el hijo se su
madre que ya quisiera yo tener la salud del mozo,... y con unas pastillas de
las que compre en la de las 24 horas, tomando una ristra de ellas a ver si me
hace efecto. Vaya vuelta del verano y vaya entrada del otoño.
La que me cayo, oye.
3 comentarios:
Maimónides escribió la "Guía para perplejos" para orientar sobre temas de Dios y razón y filosofía. Ahora debería surgir un nuevo Maimónides que sepa orientarnos a nosotros los perplejos ante la cantidad de cosas que hay que saber para tener lo que hay qye tener por la simple razón de que todo el mundo los tiene. Yo sigo sinb dejarme seducir por los cantos de sirena de las " Guasas"v , de los selfies y de tener dos correos. resistiré ¿ Hasta cuando?
Un anrazo y gracias por los buenos ratos que me hace pasar la lectura de tus cavilaciones. Marga
Maimónides escribió la "Guía para perplejos" para orientar sobre temas de Dios y razón y filosofía. Ahora debería surgir un nuevo Maimónides que sepa orientarnos a nosotros los perplejos ante la cantidad de cosas que hay que saber para tener lo que hay qye tener por la simple razón de que todo el mundo los tiene. Yo sigo sinb dejarme seducir por los cantos de sirena de las " Guasas"v , de los selfies y de tener dos correos. resistiré ¿ Hasta cuando?
Un anrazo y gracias por los buenos ratos que me hace pasar la lectura de tus cavilaciones. Marga
Rara es la ocasion de que no aprendas algo de ti. Me refiero al libro de Maimonedes, que no conocia y que debe ser curioso. Y tiene, como siempre, rzon cuando dices, ""...lo que hay que tener por la simple razon de que todo el mundo los tiene."" Que razon tienes. Es asi. En el hombre/mujer de hoy que dice ser libre que poquisima libertad tienen. Creo que es un momento en que el cerebro humano es mas ductil, fragil, influenciable, dependiente... que en tiempos pasados. Que ironia.
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